De las Misas propias de la Congregación del Santísimo Redentor
SANTA MARÍA DEL PERPETUO SOCORRO
Señor Jesucristo,
que nos has dado por Madre
pronta siempre a socorrernos,
a tu Madre María,
cuya imagen insigne veneramos;
te rogamos que,
implorando sin cesar su ayuda maternal, merezcamos experimentar perpetuamente los frutos de tu redención.
Tú que vives y reinas...
En aquel tiempo, dijo el Señor a Acaz: -Pide una Señal al Señor tu Dios en lo hondo del abismo o en lo alto del cielo.
Respondió Acaz: -No la pido, no quiero tentar al Señor.
Entonces dijo Dios: -Escucha, casa de David: ¿no os basta cansar a los hombres, sino que cansáis incluso a Dios? Pues el Señor, por su cuenta, os dará una Señal.
Mirad: la virgen está en cinta y da a luz un hijo, y le pone por nombre Emmanuel.
Palabra de Dios.
Salmo Responsorial Salmo 70
A ti, Señor, me acojo:
no quede yo derrotado para siempre;
tú que eres justo, líbrame y ponme a salvo, inclina a mí tu oído, y sálvame.
R. En mi aflicción, ven en mi ayuda, Señor.
Se tú mi roca de refugio,
el alcázar donde me salve,
porque mi peña y mi alcázar eres tú.
R. En mi aflicción, ven en mi ayuda, Señor.
Dios mío, líbrame de la mano perversa, porque tú, Dios mío, fuiste mi esperanza y mi confianza, Señor, desde mi juventud.
R. En mi aflicción, ven en mi ayuda, Señor.
Dios mío, no te quedes a distancia; Dios mío, ven aprisa a socorrerme.
R. En mi aflicción, ven en mi ayuda, Señor.
Apareció una figura portentosa en el cielo: Una mujer vestida del sol, la luna por pedestal, coronada con doce estrellas. Estaba en cinta, le llegó la hora y gritaba entre los espasmos del parto.
Apareció otro portento en el cielo: Un enorme dragón rojo, con siete cabezas y diez cuernos y siete diademas en las cabezas. Con la cola barrió del cielo un tercio de las estrellas, arrojándolas a la tierra.
Dio a luz un varón, destinado a gobernar con vara de hierro a los pueblos. Arrebataron al niño y lo llevaron junto al trono de Dios. Mientras tanto, la mujer escapaba al desierto.
Se oyó una gran voz en el cielo:
“Ya llega la victoria, el poder y el reino de nuestro Dios, y el mando de su Mesías.” Porque han derribado al acusador de nuestros hermanos, al que los acusaba día y noche ante nuestro Dios.
Palabra de Dios.
Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María la de Cleofás, y María la Magdalena. Jesús, al ver a su madre y cerca al discípulo que tanto quería, dijo a su madre:
- Mujer, ahí tienes a tu hijo.
Luego dijo al discípulo:
-Ahí tienes a tu madre.
Y desde aquella hora, el discípulo la recibió en su casa.
Lector:
-Madre del Perpetuo Socorro, cuyo solo nombre inspira confianza,
R. Madre del amor, ven en nuestro socorro
-En todos los acontecimientos y peligros de la vida; en los momentos de dificultad, para que seamos fuertes,
R. Madre del amor, ven en nuestro socorro
-Para que podamos hacer frente a la mentira, a la injusticia, al consumismo y al afán de poseer,
R. Madre del amor, ven en nuestro socorro
-Para que podamos vivir como cristianos y estar atentos a la Palabra de Dios,
R. Madre del amor, ven en nuestro socorro
-Para que nos sintamos enviados a anunciar el Evangelio y seamos piedras vivas de la Iglesia,
R. Madre del amor, ven en nuestro socorro
Oración
Signo grandioso de nuestra esperanza, te invocamos
¡Oh Virgen del Perpetuo Socorro! Santa Madre del Redentor,
socorre a tu pueblo, que anhela resurgir. Da a todos el gozo
de caminar hacia el tercer milenio
en consciente y activa solidaridad
con los más pobres
anunciando de un modo nuevo y valiente el Evangelio de tu Hijo,
fundamento y cima
de toda humana convivencia,
que aspira a una paz verdadera,
justa y duradera.
Como el Niño Jesús,
que admiramos en este venerado Icono, también nosotros queremos
estrechar tu mano derecha.
No te falta a ti ni poder ni bondad
para socorrernos
en cualquier necesidad y situación.
¡La hora actual es tu hora!
Ven, pues, en nuestra ayuda
y sé para todos
el refugio y la esperanza. Amen.
Que por tu misericordia, Señor,
y por la intercesión
de la bienaventurada Virgen y Madre, María, nos sirvan estas ofrendas
para felicidad y paz presentes y futuras.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Prefacio (cf. Misal de la Virgen, pg. 195)
V. El Señor esté con vosotros.
R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias
siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno.
Que por un admirable y providente designio de tu amor, uniste a la gloriosa Virgen María a Cristo, tu Hijo,
en la obra de la salvación humana, con tan estrecho vínculo, que fue Madre suya amantísima en su humilde nacimiento.
Asociada a su pasión junto a la cruz,
es ahora, elevada a la ciudad celeste,
dispensadora de los tesoros de la redención
y Perpetuo Socorro del pueblo de Dios.
Ella cuida siempre con afecto materno
a los hermanos de su Hijo que se hallan en peligros y ansiedad, para que, rotas las cadenas de toda opresión,
alcancen la plena libertad del cuerpo y espíritu.
al celebrar el memorial de la redención y del amor de tu Hijo, te alabamos en su nombre y cantamos sin cesar:
Santo, Santo, Santo...
Oración después de la comunión
Que la intercesión poderosa
de tu Madre Inmaculada, la Virgen María,
nos ayude siempre, Señor;
para que, liberados de todo peligro,
reconcilie por su bondad
a cuantos ha colmado de constantes beneficios. Tú, que vives y reinas
por los siglos de los siglos.
que decidió salvar al mundo por medio
de la maternidad divina de María siempre Virgen, os bendiga y os guarde siempre.
R. Amén.
-Jesucristo, Redentor del Mundo,
que quiso asociar a su Madre a su pasión
y la entregó a sus discípulos como madre, os conceda vivir la alegría de la Redención.
R. Amén.
-El Espíritu Santo, señor y dador de vida,
que se derramó sobre Santa María y los Apóstoles
en el día de Pentecostés,
os convierta en mensajeros de la Buena Noticia de la Salvación.
R. Amén.
BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA, MADRE DE LA IGLESIA
Antífona de entrada
Cf. Hch 1, 14
Los discípulos perseveraban unánimes en la oración con María, la madre de Jesús.
Oración colecta
OH Dios,
Padre de misericordia,
cuyo Unigénito, clavado en la cruz,
proclamó a santa María Virgen, su Madre,
como Madre también nuestra,
concédenos, por su cooperación amorosa,
que tu Iglesia, cada día más fecunda,
se llene de gozo por la santidad de sus hijos
y atraiga a su seno
a todas las familias de los pueblos.
Por nuestro Señor Jesucristo.
Primera lectura
(opción 1: solo fuera del tiempo pascual)
Gen 3, 9-15. 20
Pongo hostilidades entre tu estirpe y la de la mujer
Lectura del libro del Génesis
DESPUÉS de comer Adán del árbol, el Señor lo llamó y le dijo:
«¿Dónde estás?»
Él contestó:
«Oí tu ruido en el jardín, me dio miedo, porque estaba desnudo, y me escondí».
El Señor Dios le replicó:
«¿Quién te informó de que estabas desnudo?, ¿es que has comido del árbol del que te prohibí comer?»
Adán respondió:
«La mujer que me diste como compañera me ofreció del fruto y comí».
El Señor dijo a la mujer:
«¿Qué es lo que has hecho?»
La mujer respondió:
«La serpiente me sedujo, y comí».
El Señor Dios dijo a la serpiente:
«Por haber hecho eso, maldita tú
entre todo el ganado y todas las fieras del campo;
te arrastrarás sobre el vientre
y comerás polvo toda tu vida;
pongo hostilidades entre ti y la mujer,
entre tu descendencia y su descendencia;
estaa te aplastará la cabeza
cuando tú la hieras en el talón».
Adán llamó a su mujer Eva, por ser la madre de todos los que viven.
Palabra de Dios.
Primera lectura
(opción 2: siempre en TP; también puede usarse fuera del TP)
Hch 1, 12-14
Se dedicaban a la oración, junto con María, la madre de Jesús
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles
DESPUÉS de que Jesús fue levantado al cielo, los apóstoles volvieron a Jerusalén, desde el monte que llaman de los Olivos, que dista de Jerusalén lo que se permite caminar en sábado. Cuando llegaron, subieron a la sala superior, donde se alojaban: Pedro, Juan, Santiago, Andrés, Felipe y Tomás, Bartolomé y Mateo, Santiago el de Alfeo y Simón el Zelotes y Judas el de Santiago.
Todos ellos perseveraban unánimes en la oración en común, junto con algunas mujeres, entre ellas María, la madre de Jesús, y con sus hermanos.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Jdt 13, 18bcde. 19 (R.: 15, 9d)
R∫. Tú eres el honor de nuestro pueblo
V∫. Hija, que el Dios altísimo te bendiga,
entre todas las mujeres de la tierra.
Alabado sea el Señor,
el Dios que creó el cielo y tierra. R∫.
V∫. Tu esperanza permanecerá
en el corazón de los hombres,
que recuerdan el poder de Dios por siempre. R∫.
Aleluya
R∫. Aleluya, aleluya, aleluya.
V∫. Dichosa eres, santa Virgen María,
y digna de toda alabanza:
de ti salió el sol de justicia,
Cristo, nuestro Señor.
Evangelio
Jn 19, 25-27
Ahí tienes a tu hijo. Ahí tienes a tu madre
✙
Lectura del santo Evangelio según san Juan.
EN aquel tiempo, junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María, la de Cleofás, y María, la Magdalena.
Jesús, al ver a su madre y cerca al discípulo al que amaba, dijo a su madre:
«Mujer, ahí tienes a tu hijo».
Luego, dijo al discípulo:
«Ahí tienes a tu madre».
Y desde aquella hora, el discípulo la recibió en su casa.
Palabra del Señor.
Oración sobre las ofrendas
ACEPTA, Señor, nuestras ofrendas
y conviértelas en sacramento de salvación
que nos inflame en el amor de la Virgen María,
Madre de la Iglesia,
y nos asocie más estrechamente a ella
en la obra de la redención..
Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO III DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA
(Prefacio de la misa votiva B de la Santísima Virgen María)
MARÍA, MODELO Y MADRE DE LA IGLESIA
V∫. El Señor esté con vosotros. R∫.
V∫. Levantemos el corazón. R∫.
V∫. Demos gracias al Señor, nuestro Dios. R∫.
EN verdad es justo darte gracias,
es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno,
y alabarte debidamente
en esta celebración en honor de la Virgen María.
Ella, al aceptar a tu Verbo con inmaculado corazón,
mereció concebirlo en su seno virginal,
y al dar a luz al Creador, preparó el nacimiento de la Iglesia.
Ella, al recibir junto a la cruz
el testamento de tu amor divino,
tomó como hijos a todos los hombres,
nacidos a la vida sobrenatural
por la muerte de Cristo.
Ella, esperando con los apóstoles la venida del Espíritu,
al unir sus oraciones a las de los discípulos,
se convirtió en el modelo de la Iglesia suplicante.
Desde su asunción a los cielos,
acompaña con amor materno a la Iglesia peregrina,
y protege sus pasos hacia la patria celeste,
hasta la venida gloriosa del Señor.
Por eso,
con los santos y todos los ángeles,
te alabamos, proclamando sin cesar:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del Universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.
Antífona de la comunión
Cf. Jn 2, 1. 11
Habla una boda en Caná de Galilea y la madre de Jesús estaba allí; entonces Jesús comenzó sus signos y manifestó su gloria, y creyeron los discípulos en él.
O bien:
Cf. Jn 19, 26-27
Jesús, desde la cruz, dijo al discípulo que tanto amaba: «Ahí tienes a tu madre».
Oración después de la comunión
DESPUÉS de recibir la prenda de la redención y de la vida,
te pedimos, Señor,
que tu Iglesia, por la intercesión maternal de la Virgen,
anuncie a todas las gentes el Evangelio
y llene el mundo entero
de la efusión del Espíritu.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
14 de febrero
Santa María Virgen, Madre del Amor hermoso
Fiesta
Monición de entrada
En el Missale Romanum (ed. 1962), que estuvo en vigor hasta la promulgación del Missale reformado según las normas del Concilio Vaticano II (ed. 1970), en la sección Pro aliquibus locis, el día 8 de mayo (antes el 31 de mayo), se halla la misa Beatæ Mariæ Reginæ sanctorum omnium et Matris pulchræ dilectionis (pp. 157-158).
La expresión «madre del amor hermoso» aparece en el libro del Eclesiástico 24, 24 (según el texto latino de la Nova Vulgata): «Yo soy la madre del amor hermoso, del temor, del conocimiento y de la esperanza santa», y desde el siglo X se ha empleado con frecuencia en las misas de Beata.
El «camino de la hermosura» es el camino de la perfección cristiana, ya que los fieles que lo recorren «con la Virgen María» (Oración sobre las ofrendas) se esfuerzan en «avanzar por las sendas de la santidad» (Oración después de la comunión) y piden a Dios que, «rechazando la fealdad del pecado», busquen sin cesar «la belleza de la gracia» (Oración colecta 3).
Antífona de entrada
Cf. Ct 6, 10; Lc 1, 42
TODO es hermoso y agradable en ti, Hija de Sión, hermosa como la luna y límpida como el sol, bendita entre las mujeres.
Se dice Gloria.
Oración colecta
INTERCEDA por nosotros, Señor,
la gloriosa Virgen María,
que, adornada con los dones del Espíritu Santo,
te agradó a ti
y engendró para nosotros a tu Hijo Unigénito,
el más bello de los hombres,
para que, rechazando la fealdad del pecado,
busquemos sin cesar la belleza de la gracia.
Por nuestro Señor Jesucristo
Oración sobre las ofrendas
TE pedimos, Señor,
que nos sea provechosa la ofrenda que te dedicamos,
para que, recorriendo con la Virgen María
el hermoso camino de la santidad,
nos renovemos con la participación en tu vida divina
y merezcamos llegar a la contemplación de tu gloria.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio
María es toda hermosa
V∫. El Señor esté con vosotros.
R∫. Y con tu espíritu.
V∫. Levantemos el corazón.
R∫. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V∫. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R∫. Es justo y necesario.
EN verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
darte gracias, Padre santo,
siempre y en todo lugar,
y proclamar tu grandeza
en esta festividad de la santísima Virgen María.
Ella fue hermosa en su concepción,
y, libre de toda mancha de pecado,
resplandece adornada con la luz de la gracia;
hermosa en su maternidad virginal,
por la cual derramó sobre el mundo
el resplandor de tu gloria, Jesucristo,
tu Hijo, salvador y hermano de todos nosotros;
hermosa en la pasión y muerte del Hijo,
vestida con la púrpura de su sangre,
como mansa cordera que padeció con el Cordero inocente,
recibiendo una nueva función de madre;
hermosa en la resurrección de Cristo,
con el que reina gloriosa,
después de haber participado en su victoria.
Por él, los ángeles y los arcángeles
te adoran eternamente, gozosos en tu presencia.
Permítenos unimos a sus voces cantando tu alabanza:
Santo, Santo, Santo...
Antífona de comunión
Cf Jdt 11, 21
NO hay mujer como esta en toda la tierra en el aspecto y en la hermosura y en la sensatez de sus palabras.
Oración después de la comunión
PROTEGE, Señor, continuamente
a los que alimentas con tus sacramentos,
y a quienes has dado por madre a la Virgen María,
radiante de hermosura por sus virtudes,
concédenos avanzar por las sendas de la santidad.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Puede utilizarse la bendición solemne de Santa María Virgen:
Bendición solemne
DIOS, que en su providencia amorosa
quiso salvar al género humano
por el fruto bendito del seno de la Virgen María,
os colme de sus bendiciones.
R∫. Amén.
Que os acompañe siempre la protección de la Virgen,
por quien habéis recibido al Autor de la vida.
R∫. Amén.
Y a todos vosotros,
reunidos hoy para celebrar con devoción
esta fiesta de María,
el Señor os conceda la alegría del Espíritu
y los bienes en su reino.
R∫. Amén.
Y la bendición de Dios todopoderoso,
Padre, Hijo ✙ y Espíritu Santo,
descienda sobre vosotros.
R∫. Amén.
NO TIENEN MÁS MISAS DE LAS DIFERENTES ADVOCACIONES DE LA BVM
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